LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR: La colección privada Miksa-Knoop de arte lítico Tehuelche ya es patrimonio de Puerto Deseado

el 24 de enero, pasadas las 18 en el histórico Museo Municipal Mario Brozoski de Puerto Deseado se llevó a cabo la inauguración de la muestra de arte lítico Tehuelche denominada “Colección Miksa-Knoop”.

Es la misma muestra que llegó a Puerto Deseado en 2008 y que por un malentendido continuó su derrotero de exposiciones en varias ciudades de Argentina. El equipo del museo encabezado por María Esther González logró conciliar la idea de su propietario, y finalmente se logró un gesto altruista e histórico: Eberhard Knoop, cedió la totalidad de la colección al museo deseadense. Iba a ser vendido a un particular, el que fue desestimado pues en dicha persona no se observaba interés en que fuera expuesto a la sociedad como fiel testimonio de los dueños de esta tierra.

Por Juan Manuel Saborido

A partir del 24 de enero, esta exquisita colección cohexiste en perfecta armonía -y para disfrute de la sociedad y visitantes- con la preciada colección de piezas subacuáticas de los restos de la nave inglesa Swift y las maquinarias, artefactos y demás objetos de la sociedad deseadense que conforman la historia inicial de este maravilloso pueblo costero santacruceño.

Estuvieron presentes, la Secretaria de Cultura de Santa Cruz, Andrea Rodiño, la Concejal Ana María Parejas a cargo del Ejecutivo Municipal, la concejal Lidia Gallardo, los Secretarios de Hacienda María Parga, de Gobierno Juvenal Díaz, y los anfitriones encabezados por María Esther González y su equipo.

La vecina Lucía Distéfano leyó una poesía del recordado Roberto Leydet en la que se evoca a la cultura Tehuelche.

También María Esther González tuvo palabras de agradecimiento para Knoop y familia y a la Dra. Castro. “Si bien pudimos charlar y conocer la decisión de ceder a Puerto Deseado esta excelente colección, todavía no puedo comprender la inmensa actitud que ha tenido (Knoop) en desprenderse de este testimonio de los antiguos habitantes de estas tierras para que quede en nuestro museo”.

Luego se dirigió a los presentes la arqueóloga Alicia Castro quien exaltó la figura de Eberhard Knoop y de la familia Miksa por este valioso aporte de clasificar y dejar para esta y las generaciones venideras un legado de su cultura ancestral.

Visiblemente emocionada por los conceptos de sus antecesores en la palabra, el señor Knoop agradeció esta posibilidad de resguardar estas piezas. “Es una decisión familiar. No quiero que queden guardadas en mi casa o en un depósito de algún comprador oportunista. Debe tener difusión para que estas y las próximas generaciones sepan de las culturas originarias”. “A partir de hoy, esta muestra va a estar en manos de la sociedad deseadense y no de un bombero” dijo Knoop y aclaró “lo digo porque soy ingeniero y me dedico a las bombas hidráulicas” generado la risa de la concurrencia.

Luego hizo un encendido llamado a los tenedores de piezas similares a que las declaren vía internet para dejar de estar en la ilegalidad. “Con un simple formulario, fotografías de las piezas y el envío al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) quedan registradas en favor del presentante .Con ello, se cumplimentan lo consignado en la ley 25.743 sobre Protección del Patrimonio Cultural y Paleontológico.” dijo Knoop.

Ante la concurrencia, las autoridades procedieron a descubrir una placa, en la cual se nombra a la sala de arte lítico con el nombre de Knoop.

Miksa-Knoop

La muestra de Arte Lítico -el arte de las piedras- de la comunidad tehuelche se exhibe de manera permanente con más de 6 mil piezas, en su mayoría se trata de puntas de flecha, aportadas por la familia Miksa del barrio Diadema Argentina (Comodoro Rivadavia, Ch.) con una antigüedad de entre 500 y 2.500 años.

La colección surgió de la curiosidad de Knoop y de los hallazgos de la familia Miksa, quienes tenían como hobby buscar puntas de flecha. Todo empezó en 1960 cuando el matrimonio checoslovaco de Mateo Miksa y Emilia Vysocky fue hasta Colhué Huapi junto a su hija Elena Miksa para buscar estos vestigios de la cultura Tehuelche.

Era la década del `60 y comenzaron a levantar esquirlas y puntas de flecha. En la muestra se puede apreciar la única flecha que pudo ser encontrada a la perfección. Hasta ese momento, la mayoría de estas armas eran ubicadas rotas por el paso del tiempo.

En la Argentina, estas colecciones deben clasificarse y catalogarse según establece la Ley 25.743 de Protección del Patrimonio Cultural y Paleontológico. Knoop fue el encargado de asesorar a Miksa en ese largo proceso de llenar formularios.

Los materiales que se pueden apreciar en forma permanente en la sala “Eberardo Koop” del Museo Municipal “Mario Brozoski” contienen la expresión de la cultura tehuelche. Puntas de flecha, pipas (con las que se cerraban pactos de paz), cuchillos, adornos, entre otros objetos. Todos ellos demuestran el profundo conocimiento del medio ambiente de este pueblo originario.

Además, existen en resguardo de dicho museo un lote de 9000 piezas de la misma colección las que no se encuentran enteras.

Fuente: ADN/Diario El Patagónico

EXPOSICION ARTE LITICO DE SUDCALIFORNIA

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Gracias a los escritos de los misioneros Jesuitas y Dominicos principalmente, nos ha llegado información acerca de su modo de vestir, alimentación y algunas de sus costumbres, aunque hay que señalar siempre con el sesgo característico de una cultura totalmente diferente. Fue en los últimos dos siglos principalmente, cuando los investigaciones y reflexiones acerca de las culturas indígenas que habitaron la península dieron como resultado un mayor interés de la población por conocer y comprender de una manera más objetiva, estas culturas que lograron con el paso de los siglos adaptarse a un medio hostil.

Esta fascinación despertada ante el hallazgo de algunas puntas de flecha en 1977 en sus paseos por las cercanías de la ciudad de La Paz, especialmente durante sus caminatas por la playa El Conchalito, hace ya más de 35 años motivo en Casimiro Gardea Orozco, nacido en la Cd. de Chihuahua, Chih. Y avecindado en esta ciudad desde 1975, siendo sobreviviente del Ciclón Liza en 1976, por esta causa estando el internado en La ciudad de Los Niños y Niñas de La Paz y siendo aprendiz de Diseñador Gráfico en la imprenta, adquirió la costumbre de salir desde temprano los domingos a caminar por la playa . . . durante estos paseos fue que encontró sus dos primeras puntas de flecha completas de un tamaño aproximado a 4 pulgadas de largo en perfecto estado, siendo que él no conocía este tipo de herramientas, únicamente en el museo y en los libros, dichas puntas se las mostro a una de las personas encargadas del internado que en unos de sus viajes a Italia las llevo quedando estas en las manos de una persona que trabajaba en uno de los museos de aquel país, de las cuales no volvió a saber de ellas, a cambio esta persona a su regreso le obsequio un cuchillo tallado de marfil que trajo de áfrica, a partir de ese entonces nació en el la costumbre de cada vez que salía a caminar… buscar y coleccionar piezas líticas, encontrando casi en su totalidad piezas fraccionadas o quebradas y esporádicamente piezas completas, su perseverancia le llevo a juntar más de 40 piezas completas en perfecto estado las cuales dono en el 2012 al Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para su exposición junto con un molar de camello prehistórico que encontró frente al antiguo hotel Gran Baja.

Su labor creativa no concluyo con la entrega de esta colección, sino que al darse cuenta de que la mayoría de las puntas de lanza y flecha que se encontraba estaban partidas o quebradas tal vez por el uso que se les dio al ser arrojadas contra sus presas o a la hora de estar haciendo su percutido se le quebró al autor original de las mismas y en base a artículos publicados en libros por investigadores decidió realizar con la técnica de percutido algunas puntas de flecha que después de muchos intentos logro sus primeras replicas (por mencionarlas así pero en su caso son originales, por lo regular ninguna pieza es igual a la otra) durante varios años estuvo guardando estas piezas, no quedando satisfecho con esto empezó a fabricar también hachas, después le nació la inquietud de hacerlas de una manera más completa y comenzó a confeccionar arcos con sus flechas haciendo los amarres con cordel de pesca, pero esto tampoco le satisfacía y comenzó a investigar el tipo de amarres que los indios californios usaban, leyendo el algún libro que ellos hacían lasillos machando las raíz del cardón, choya, ocotillos y magueyes silvestres, tratando de simular esta técnica intento buscar la manera de hacer algo similar a los hallazgos en las excavaciones, incluso uso hoja de palma pero no le parecía bien, hasta que en una charla en internet con un coleccionista argentino este le dijo que en algunas culturas utilizaban la fibra de la hoja del plátano para vendar las heridas y en algunos caso los hilos de las hojas para hacer suturas craneales, que lo intentara de esta manera, así lo hizo logrando lasillos muy parecidos a los utilizados por los antiguos californios, confirmándolo después cuando se le permitió la entrada al laboratorio del Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para observar los lasillos que ahí conservaban de un faldellín pericué hecho con nudillos de carrizo de más de 700 años de antigüedad en cual se le solicito les elaborara con esta técnica para colocar en un maniquí de una mujer pericué junto con un pectoral de concha de madreperla para su compañero.

Ya logrado este paso comenzó confeccionar arcos completos con su flechas haciendo sus amarres con esta fibra de plátano poniendo mango a las hachas haciendo los amarres con esta fibra, logrando de esta manera piezas que envidiaría cualquier coleccionista de armas antiguas y así consiguió hacer su primera pequeña exposición durante el mes de mayo al mes de agosto de 2013 en Centro de Artes Tradiciones y Culturas Populares de Baja California sur.

Casimiro Gardea Orozco presento esta serie de objetos con la finalidad de que las personas obtengan una imagen de cómo eran utilizados y la importancia que tenían para las culturas de los indígenas californios dedicados principalmente a la caza y recolección de frutos y semillas. Además esta piezas son concebidas por el autor como una artesanía diferente tal vez, pero no menos importante al ser hechos con enorme destreza y habilidad.

Reconocemos la constante labor de este artesano que nos ofrece una interesante visión de la cultura de los antiguos californios, esperando que hayan disfrutado de esta muestra del talento y creativad de este Sudcaliforniano por adopción.